Esta ponencia analiza el diálogo entre las narrativas y  efectos materiales en Irak de tres polos diferentes desde su invasión en 2003. Por un lado, las (re)presentaciones dominantes de las Relaciones Internacionales han nombrado un país incapacitado para alcanzar la democracia como eco del excepcionalismo árabo-musulmán (Pace, 2014; Cebeci 2022), sectario y con una violencia endógena (Kagan, 2002; al-Khadimi, 2014, Haddad, 2014). Por otro lado, las teorías postcoloniales criticaron el ocultamiento de las relaciones de dominación y subordinación (Cox, 1981)  de las visiones “problem-solving” al silenciar la influencia de la invasión ilegal de 2003, la destrucción de las posibilidades de democratización mediante una reconstrucción del país arriba a abajo (Achcar, 2015; Georgis, 2017) y, sobre todo, una violencia política sostenida y exterior como causa para la irrupción del autodenominado Estado Islámico.

Desde otro lugar, los discursos y acciones de la Iniciativa Solidaria con la Sociedad Civil Iraki (ICSSI), una red de organizaciones iraquíes e internacionales, y de activistas de la revolución de Tishreen en 2019 se han relacionado con ambos polos. Han reclamado un espacio común de defensa de DDHH —mediante la protección de personas defensoras, ideas feministas, defensa del espacio cívico, mediante ambiente y denuncia de bombardeos indiscriminados y la acción de compañías militares privadas (ICSSI, 2013-2023; Ali, 2019)— frente a las visiones y acciones dominantes que han nombrado Irak como un recurso, una zona de influencia o un dique securitario. También han hecho frente al nombramiento y acciones de discursos anti ocupación y antioccidentales que buscaban imponer su proyecto político, económico o religioso de sociedad en nombre de la lucha contra la ocupación extranjera.

Como metodología esta ponencia usará el análisis de literatura secundaria sobre visiones dominantes, postcoloniales y de la sociedad civil irakí así como información cualitativa extraída de tres entrevistas a informantes clave.