Las democracias liberales enfrentan un conjunto de desafíos (desigualdades, precariedad laboral, crisis climática) cuya falta de respuestas amplía el malestar y el conjunto de demandas insatisfechas dentro de sus sociedades. Un malestar del que se nutren algunas propuestas de carácter iliberal ─dentro de la difusa diversidad de enfoques que esta etiqueta encierra─, cuestionando y poniendo en riesgo algunos de los elementos nucleares sobre los que estas democracias descansan. Algunas de las insuficiencias mostradas por las democracias liberales a la hora de responder a estas cuestiones se relacionan con el enfoque westfaliano al que siguen ancladas. Un enfoque rígidamente apegado al marco estatal que, si bien tuvo pleno sentido en tiempos anteriores, parece mostrarse desacoplado respecto al mundo globalizado e interdependiente en el que opera hoy. Entre otros fenómenos, esto genera problemas de representación política que radican en lo que Fraser ha denominado un des-enmarque (misframing) de las comunidades políticas (y sujetos) en relación a los problemas que padecen. Partiendo del enfoque crítico-democrático propuesto por Fraser, la presente ponencia analiza el problema del des-enmarque en las democracias liberales y sus potencialidades a la hora de promover sociedades más justas y democráticas.