Hoy por hoy la democracia no puede ser analizada sin prestar atención a un colectivo que cada día empieza a ser más numeroso: las personas mayores. Los mayores como ciudadanos son sujetos de derechos y deberes, pero su estudio muchas veces queda relegado al campo sanitario o económico. Sin embargo, el estudio de la democracia en las sociedades occidentales no puede llevarse a cabo sin un análisis profundo del envejecimiento. Por consiguiente, el objetivo central de la comunicación consiste en analizar la cultura política de los llamados “mayores” (de 65 años) a raíz del estallido de la crisis económica en España, puesto que de ella depende, en buena medida, la evolución de su comportamiento político.

En esta línea, no sólo los jóvenes y las personas en activo han modificado sus pautas de relación con los “inputs” y los “outputs” políticos, mostrando un mayor conocimiento de las noticias políticas y económicas, por un lado, y una mayor desafección hacia la clase política por otro, sino que los mayores de 65 años también manifiestan pautas diferentes de interés, conocimiento y comportamiento, cuyo estudio resulta esencial para la pervivencia de la democracia en tiempos de crisis, fundamentalmente por varias razones.

Por un lado, el planteamiento de esta comunicación obedece a razones sociológicas, dado el volumen de población que representan (y representarán en un futuro próximo) los mayores, pero también a razones científicas, debido a la ausencia de estudios politológicos que aborden estos temas en nuestro país y en los de nuestro entorno.Por otro lado, prestar atención a los mayores desde una perspectiva empírica implica reconocer su papel como ciudadanos. De hecho, la presente comunicación se enmarca en lalínea de investigación prioritaria de la Unión Europea, sobre « envejecimiento activo y una vida autónoma y asistida », y se centra en el estudio del envejecimiento activo en el seno de la democracia, en consonancia con los objetivos subrayados en laII Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento de las Naciones Unidas (2002), como son el « reconocimiento de la contribución social, cultural, económica y política de las personas de edad » y « la participación de las personas de edad en los procesos de adopción de decisiones a todos los niveles ». Por último,  partiendo de las consideraciones anteriores, y del reconocimiento de la aportación de nuestros mayores a la sociedad, es esencial seguir avanzando en el conocimiento de esta realidad, desde una perspectiva que vaya más allá de una visión puramente sanitaria y/o economicista, y aborde la cuestión desde una perspectiva politológica.

En suma, la comunicación aspira a avanzar en la investigación en torno a los mayores como actores políticos, a través del análisis de la evolución de su cultura política y su comportamiento político, como consecuencia de la crisis económica. Para ello, se analizará la dimensión cognitiva, evaluativa y afectiva hacia los objetos políticos de los mayores y su comportamiento. Esto es, se tratará de analizar, por un lado, el comportamiento político y, por otro, las variables que determinan las características esenciales de la cultura política, mediante el estudio de caso de las personas mayores, con la finalidad de estudiar en qué medida la crisis económica está afectando a la cultura política y al comportamiento político de un subgrupo social tan amplio como son los mayores.