La aprobación del Pacto Verde Europeo, las revueltas crecientes de los sectores agrario y ganadero o los costes de generación y consumo de electricidad atestiguan la preponderancia de la sostenibilidad medioambiental en la agenda política de la Unión Europea. En suelo patrio, el Plan España 2050 atiende a estas circunstancias y establece las bases de su ideal de sostenibilidad a largo plazo. El documento publicado por la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia tuvo una considerable repercusión mediática, pero ni la temática medioambiental ni el rol desempeñado por determinados imaginarios y supuestos normativos —llamados a guiar esta estrategia nacional hacia la sostenibilidad– captaron la atención pública. El presente texto despeja esta incógnita a través del análisis de contenido. Para ello, se distingue entre dos imaginarios de la sostenibilidad, previo establecimiento de sus marcadores semánticos: el decrecentismo y el ecomodernismo. Los resultados sugieren una ambigüedad en el documento que, si bien es favorable al ideal ecomodernista, establece pautas de restricción de la actividad humana. Aunque el Plan España 2050 enfatiza el rol de la innovación tecnológica para la sostenibilidad, la restringe a principios ortodoxos de precaución; al mismo tiempo, estimula la frugalidad en el consumo de carne o llama a reducir el transporte aéreo dentro de las propias fronteras. En términos prácticos, el análisis refleja que, lejos de ser necesariamente errática, esta ambigüedad normativa puede favorecer la emergencia de una concepción pluralista de la sostenibilidad.