La política de visados de la Unión Europea ha sido una de las herramientas de la Unión para controlar y prevenir la migración irregular. Denegar un visado elimina la posibilidad de que esa persona se convierta en un irregular dentro de las fronteras Schengen una vez vencido el permiso. Pero, se ha utilizado de forma desigual teniendo en cuenta factores geopolíticos, económicos y sociales. Desde la introducción de la Política Europea de Vecindad la Unión ha diferenciado y priorizado la vecindad del este sobra la del sur. Y la política de visados no ha sido ajena a esa división. Los acuerdos para la facilitación de visados con los países del este así lo demuestran. La Unión Europea ha puesto un tapón a la entrada de personas de forma regular de los países de la vecindad sur. En este paper se quiere analizar el efecto que ha tenido ese muro legal en la explosión de las primaveras árabes y en la crudeza de la crisis migratoria en el Mediterráneo. ¿Cómo se habrían desarrollado los hechos si Europa hubiese construido puentes hacia el sur y no sólo con el este?