El libro de Jürgen Habermas Entre naturalismo y religión ha extendido la discusión sobre el papel de los ciudadanos religiosos en el debaet público democrático. Su propuesta ha recibido críticas de índole contrapuesta: unos le reprochan que conceda demasiado peso a las religiones en la deliberación y otros que discrimine a los ciudadanos religiosos y a sus argumentos.

En la ponencia se repasarán las críticas más agudas enfatizando, en primer lugar, las dificultades de aplicabilidad del modelo normativo a la realidad nacional de los países monoconfesionales: ¿cómo tratar las asimetrías en la deliberación causadas por el apoyo institucional a determinadas confesiones? ¿Deben corregirse? ¿Deben los procesos democráticos incluir a las minorías en la deliberación?

Em segundo lugar, se planteará el problema de los creyentes que acuden a la arena política con doctrinas no revisables ni negociables. ¿Deben la teoría y la filosofía política tomar en consideración las doctinas no negociables? ¿Se puede seguir hablando de deliberación cuando algunos ciudadanos imponen conversation-stoppers?

Con ambos comentarios al papel de la religión en la deliberación democrática se aspira a pergeñar un modelo de ciudadanía que enfatice las obligaciones cívicas, para lo cual se propone asimismo una relativización de los dogmas religiosos, una delibitación de la fe.