Tiempos nihilistas: rebeldía feminista y resentimiento patriarcal

Autor principal:
Sara Soto Velasco (Universidad Carlos III de Madrid)
Autores:
Jediael A. De dompablo (UC3M)
Programa:
Sesión 6, Sesión 6
Día: martes, 23 de julio de 2024
Hora: 15:30 a 17:15
Lugar: ALFONSO X (48)

En L’homme révolté (2021 [1951]) Albert Camus presenta una tesis en torno al concepto de rebeldía, y que en última instancia pretende ser un esfuerzo por comprender su propio tiempo. Esta propuesta aprovecha la estructura y parte de las ideas presentadas por Camus, pero aplicándolas a nuestro tiempo presente, sobre dos premisas fundamentales.

La primera es que vivimos tiempos nihilistas, algo que para Camus era lo contrario a la rebeldía, no tanto por su violencia como por sus motivaciones. Ese nihilismo como lo entiende Nietzsche y que en definitiva habla de un mundo en el que se ha sustituido a Dios por el hombre, y es el hombre el que debe responder a las preguntas y dotar de propósito a la humanidad.

No son los primeros tiempos nihilistas que vivimos, existen momentos históricos en los que se han producido crisis que llevan a vacíos en la determinación de esa finalidad o unidad o sentido de la vida, y han sido tiempos que han dado lugar sistemáticamente a quiebras sociales. Se trata de estados intermedios “patológicos” causados por una generalizada y total ausencia de sentido (Brown, 2023: 27-37), un espíritu de época que apreciamos en 2024.

La segunda premisa es criticar a Camus desde la perspectiva de género. Existe una omisión de la experiencia femenina de violencia y opresión que destaca especialmente en contraposición con el reflejo de otras pluralidades de violencia (concretamente la colonial), en L’homme révolté. Una rápida aplicación de las diferentes perspectivas feministas sistematizadas por Sandra Harding (1997) – feminismo empírico, feminismo del punto de vista y feminismo posmoderno – nos devuelve una crítica de género a la estructura del homme révolté que evidencia esta omisión.

Integrar estas dos premisas nos devuelve una fórmula: en el imaginario colectivo la rebeldía y la rebelión están muy definidos desde una perspectiva que no es inclusiva y plural y deja muy de lado la experiencia femenina (algo que desde el sufragismo y los estudios de género se está reescribiendo), y del mismo modo que el nihilismo sustituyó a Dios por el hombre, de alguna manera las sociedades contemporáneas están sustituyendo al Hombre por la humanidad.

 

El nihilismo se genera siempre a causa de una sustitución de valores, y tal y como lo expresa Wendy Brown (2023), y el actual se define por la crisis del heteropatriarcado, las familias heternormativas y el patriotismo, frente a los movimientos feministas, el antirracismo o el anticolonialismo. El desplazamiento del hombre blanco del centro de los conceptos, que hasta ahora ha sido el sujeto definitorio de toda experiencia humana, provoca en él un revulsivo. Y aquí es donde vuelve la estructura de Camus, porque para Camus el nihilismo es la justificación de la violencia sin propósito y la negación de la vida (Woodward, 2011). Establece una arquitectura
de pensamiento que opone conceptos como rebelión y resentimiento, donde la révolte es legítima y justa por sus motivos, frente al ressentiment que es la violencia sobre unas motivaciones “erróneas”. Son contrarios.

 

Tal y como lo describe Luce Irigaray en el Speculum de l’autre femme (1974), el espejo es una herramienta metafórica para mostrar el reflejo en el que las mujeres se miran y afirman sus identidades a través de la creación y validación de su experiencia. Así es como el feminismo se define en oposición al patriarcado, es la revolución de una mujer diciendo que no a la dominación masculina, lo que desafía nuestros mitos fundacionales y pensamiento moderno. El feminismo se basa en las ideas liberales de igualdad, razón y amor por la humanidad en la que todos pueden beneficiarse. El resentimiento, y la resistencia del heteropatriarcado a ese cambio, es la reacción que se esconde tras las ideas tradicionales de roles de género, fraternidad y órdenes sociales tautológicos. Es lo que muestra el espejo de Irigaray, y lo que tan bien recoge Virginia Woolf cuando dice “la historia de la oposición de los hombres a la emancipación de las mujeres puede ser más interesante que la propia historia de la emancipación” (Woolf, 2004 [1928]:64-65).

 

Se producen fenómenos como el repliegue identitario, el aumento de las opciones de extrema derecha en varias democracias liberales que se creían consolidadas, la mentira y la posverdad como patologías de la comunicación pública actual, la violencia de género y el terrorismo incel, y de una forma muy evidente, la polarización ideológica de las generaciones más jóvenes por cuestión de sexo. Todas estas son cuestiones que merecen un análisis desde la crítica al concepto mismo de rebeldía y la asunción de que vivimos en tiempos nihilistas, porque Dios/el Hombre está perdiendo su lugar como organizador de los valores preeminentes de la posmodernidad. 

Palabras clave: Nihilismo, Camus, rebeldía, resentimiento, patriarcado, tiempo, masculinidad